domingo, 9 de enero de 2011
Empeño
Mujer con sombrero y guantes azules. Araceli Otamendi
Paseando entre libros, zapatos y jerseys a dos euros, así como chaquetas y trajes a cuatro euros del mercadillo solidario, tomó el vestido que más le gustaba y fue entonces cuando sintió que él la miraba. Mientras pagaba apenas la espiaba de reojo, como un adolescente que mira sujetadores en un tendedero. O solo serían sensaciones confusas que ella creía percibir.
Sentada en un banco, moviendo de un lado a otro las piernas mientras esperaba a su hermano en la puerta de la farmacia, volvió a notar a aquella persona. Comprendió que la imaginación empezaba con el hecho de reconocer sin tocarlo con las manos. Él llevaba un periódico debajo del brazo. Al menos está al tanto de las últimas noticias o era solo una pose, un modo estudiado de expresarse. Y de repente, comenzó a llover, no llevaba gorro, su pelo moreno se oscureció aún más al igual que la presencia de aquella imagen extraña.
Esperó debajo de la marquesina de la parada del autobús a que escampara. Y de nuevo sospechó de él. Oiga, usted lo desconoce y sin embargo, desde hace días su contorno planea mi apartamento, abriendo mis ventanas en pleno mes de enero para asomarme a la calle y ojear su descalabro repetidamente. Sus sonidos y representaciones van cortando partes de un simulacro. Nunca se lo haría saber.
"Veladamente,
descorriendo pestillos,
ha llegado hasta mi cuarto
una pantera translúcida con la piel de diamante
que me morderá la nuca cuando menos lo espere".
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O quizás ella desee que así sea.
ResponderEliminarUn texto muy bueno Oliva.
Besos.
intenso, me gustaría imaginar el antes más que el después.
ResponderEliminaren efecto a veces la prensa acompaña a la indumentaria social del portador.
Hay gente que con sólo una palabra
ResponderEliminarrompe la soledad, inventa un sueño
nos invita a recorrer las tierras
y hace cantar al mirlo en la dehesa.
Hay gente que con sólo una sonrisa
enciende la ilusión y los almendros
en un semáforo descubre joyas
y nos invita a conocer la magia.
Uno queda por ella seducido
pero a la vez aliado de la vida
feliz de que a la vuelta de la esquina
haya gente que regala esperanza.
gente al fin como tú, tan necesaria.
Qué sensación de extraña realidad en tu relato.
ResponderEliminarQue preciosidad de entrada Oliva.
ResponderEliminar"Hay algo que da esplendor a cuanto existe, y es la ilusión de encontrar algo a la vuelta de la esquina"
Besote preciosa. Feliz semana
Aires de deseo. Qué bien escrito Oliva...
ResponderEliminarabrazo y buena semana :)
A veces las presencias no necesitan acercarse para capturar o cautivar... a veces estan en la mente esperando, como los explosivos, un fulminante... Ella solo espera el resultado... sin decirlo.
ResponderEliminarDe paso, me falto un tema el otro dia... oh que cosas...: Congreso - "hijo del sol luminoso".
Besos
Yo se lo haría saber cuanto antes, así saldría de dudas.
ResponderEliminarUn beso y feliz semana Oliva.
Crees que realmente sea posiblen sentir cosas asi?
ResponderEliminarHay presencias que se empeñan en formar parte de nosotros sin que por ello entendamos muy bien el por qué ni cómo llegaron hasta nosotros, acechando como panteras...
ResponderEliminarBesos, Oliva.
Precioso texto que invita a la ensoñación. Qué magia
ResponderEliminarUn abrazo
Me quedo soñando después de leer esto, ¿qué mejor podría hacer?...muy bien descrito y muy intenso.
ResponderEliminarBesos.
Arwen
¿Realmente existe ese ser?, o más bien era su ansiedad de compañía. Noto en la protagonista una infinita soledad...
ResponderEliminarUn beso.
Con la lentitud que aporta la tranquilidad paso a disfrutar un día más de tus letras enlazadas con el primor de la pluma que sabe sonreír en cada renglón escrito...
ResponderEliminarHoy es día de fiesta y armonía para pasearse por las verjas de los amigos y posar en ellas un suspiro emocionado al ir encontrando el afecto que nos abre la puerta incondicionalmente y nos dice adelante...
Un beso y un ramito de azaleas para que sigan guardando tus pensamientos llenos de sentimientos...
TQ.
María del Carmen
El juego del amor tiene esas cosas, se quiere o no, ¿quien sabe?, a veces el cazador es la presa.
ResponderEliminarUn beso
es que ella estaba totalmente receptiva, como deseando que él apareciera. Eso y el juego de seducción desatado, que a primera vista parece inocente y que, sin embargo alcanzó para moverle el piso a ella
ResponderEliminarde él poco sabemos pero está bien, permite ponerle el granito de arena propio.
besitos oliva, hermoso
Quizàs ella està muy sola.
ResponderEliminarY piensa demasiado.
buen relato.
Un abrazo.
A medida que te leía recordaba los poemas de Almudena Guzmán, esa serie donde se dirige al hombre con un respetuoso usted; y todo en el tono de la historia me llevaba a ello.
ResponderEliminar¡Qué sorpresa encontrar sus versos al final!
Acá otros:
"Quién es esta sombra
que aterriza limpiamente en mi cuerpo
como un halcón.
Su garra me frena las muñecas y la huida.
Su aliento de niebla va sajando despacio,
los tersos y ahora bermejos visillos de mi vientre."
Un abrazo!
Pero no se lo dijo.
ResponderEliminarBesos Oliva.
Si abre la ventana para verlo, y él está abajo... ¿a que están esperando? Las cosas buenas, dicen que solo pasan una vez (o en contadas ocasiones) en la vida...
ResponderEliminarHumm! yo le habría dicho algo ;-)
Bss.
ahi està el dilema entre hacer o arrepentirse de no haber hecho...Mejor hacer
ResponderEliminar¿No sería que deseaba tanto esa presencia que finalmente se hizo visible en su imaginación?
ResponderEliminarBesos Lemaki.
Casi no me creo que en estos tiempos, los adolescentes se recreen con la ropa interior de los tendederos.
ResponderEliminarNo se porque me da, que esta chica desea de veras que le den un susto… agradable, claro está.
Salu2.
¡Oliva!
ResponderEliminar¡Feliz 2011 para Vos! aca me paso por tu espacio a saludar, ya que he estado ausente las últimas semanas.
Espero que este Año sea la opotunidad de concretar aquelos anhelos proyectados, que el 2011 sea la viva oportunidad de que el juego empieza de nuevo.
:)
¡Abrazo!
Yo es que soy un poco paranoica... no creo que me guste el sentir que una personame vigila...
ResponderEliminarBesicos
Un acoso irreal?
ResponderEliminarO ilusionante?
Besos.
Deliciosa mordedura, ¿no? Esos reencuentros casuales, ¿o no?
ResponderEliminarUn abrazo, Oliva!
Me producen bastante desconfianza las panteras negras agazapadas en la oscuridad de las esquinas, escudriñando a sus presas para morderles la nuca sin esperarlo y por la espalda, en lugar de acercarse a ellas y ronronear.
ResponderEliminarQuizás todo sea diferentes perspectivas que dan lugar a variadas interpretaciones.
Muy buen relato, Oliva, jugoso.
Un abrazo.
Hay sombras que siguen nuestros paso o los guian en la vidas, algunas son el presente, algunas podrían ser el futuro y la mayoría son el pasado. Un abrazo mi curandera del alma.
ResponderEliminarMooola lo de la pantera mordiendo la nuca.
ResponderEliminarintuir, presentir, soñar, pensar... hasta que la realidad nos da de lleno, para bien o para mal.
ResponderEliminarbicos,
Hola Oliva
ResponderEliminarEs un gran misterio. ¿Será al final la presencia quien consiga su presa o por el contrario, la mujer podrá con ella?
Muy cautivador tu relato y deja un poso para la reflexión. Me ha gustado. Enhorabuena.
Besotes.
Me pregunto qué pasaría si cada vez que se producen estos desencuentros, los dos dieran un paso adelante y decidieran decirse lo que piensan.
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