domingo, 14 de noviembre de 2010
El parque
Y mientras paseaba con su perro por el parque, descubrió diferentes árboles que le llamó la atención, llegó a sentirse como David Noble, quien se topó con un bosquecillo en el que había menos de 100 ejemplares de un árbol desconocido y resultó que se trataba de un indivíduo prehistórico que se creía extingido desde hacía mas de 2 millones de años, el pino wollemi.
Contemplando un aromo, una catalpa, un tilo, un haya péndula, un arce japonés, un tulipanero, un roble sedoso, un abedul, un olmo,un álamo plateado, un sauce llorón pensó en el poema de Mario Benedetti: "Los árboles ¿serán acaso solidarios?". Soportan los rasguños y el orín de los perros, los nidos de los pájaros sobre las ramas, las marcas en forma de corazón de los enamorados, los golpes de las pelotas de los niños...
Pero los parques, con sus árboles como representantes, continúan disfrazando a los visitantes. Lugar predilecto donde se guardan aquellos que no tienen residencia ni trabajo, seres enfermos. Sus voces se agitan entre la arena y el polvo, se elevan como los remolinos que más allá del sonido se malogra, que al otro lado de la berja fenece en secreto.
A uno le gusta echarse sobre cualquier intento, saberse lo mejor, universo particular cielo de infelices. Llegan entonces los elegidos ofrecen llaves de aire, damos una cita, huimos hacia dentro. (Jacqueline Goldberg).
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La magia que reside en todo paraje de la Tierra poblado por los árboles. Confidentes de historias jamás contadas, de secretos jamás traicionados, así amo a los árboles, así amo a los naranjos comunes y silvestres de mi provincia Tucumán. :D
ResponderEliminarRealemente siemrpe disfruto de entrar a leer las líneas que subes. ¡Se agradece mucho!
¡Abrazo!
Hoy nos dejas un precioso texto mi querida Lemanki y yo te dejo un fuerte abrazo y un gran beso.
ResponderEliminarHasta pronto.
Magnífico relato-reflexión partiendo de una noticia tan singular: el descubrimientos del llamado 'pino wollemi' :)
ResponderEliminarYo creo que los árboles sí que se sienten solos; por eso -algunos- tratan de sacar sus raices del subsuelo para tomar contacto con la superficie; luego vuelven a adentrarse en la tierra y cuentan a sus 'hermanas' historias del mundo exterior. Y también sufren cuando les graban corazones en su 'tronco'; y no porque sientan dolor, no... sino porque saben que los verdaderos enamorados, no hacen sufrir para demostrar su amor
uysss se me fue la imaginación :)
abrazo para toda la semana
"Todo el invierno, toda la batalla,
ResponderEliminartodos los nidos del mojado hierro,
en tu firmeza atravesada de aire,
en tu ciudad silvestre se levantan.
La cárcel renegada de las piedras,
los hilos sumergidos de la espina,
hacen de tu alambrada cabellera
un pabellón de sombras minerales.
Llanto erizado, eternidad del agua,
monte de escamas, rayo de herraduras,
tu atormentada casa se construye
con pétalos de pura geología.
El alto invierno besa tu armadura
y te cubre de labios destruidos:
la primavera de violento aroma
rompe su sed en tu implacable estatua:
y el grave otoño espera inútilmente
derramar oro en tu estatura verde."
La araucaria, un árbol singular, no quedan muchos, aquí cantado por Neruda.
Admirable Lemaki...saltó berja por verja.
Buen texto.
ResponderEliminarCuantos secretos, guarda la naturaleza.
bien escrito.
un abrazo.
Me encanta leerte, me obligas a salir a investigar aquello que desconozco.
ResponderEliminarGracias!
Me encantó el texto.
Ayer estuve caminando por un lugar que se llama "reserva ecológica" y tienes una cantidad de arboles, que da gusto porque es un pequeño bosque dentro de la ciudad.
Un abrazo.
Hace poco estuve en un jardín botánico, una belleza sin igual, verde inspirador para robar besos y disfrutarlos sin pensar. Pero no todos lo transitan para inspirarse, otros ocultos esperan para atacar, entonces la gente ya no lo camina y en los juegos electronicos llenos de gente y ruido quieren estar... que pena, que pena me da. Mirad la belleza que se pierden!
ResponderEliminarhttp://www.facebook.com/album.php?aid=227939&id=779868937&l=c2a4d73e27
Me encanta como escribís! Lástima que en mi país ya no se puede disfrutar de la magia y la belleza de los parques, incluso algunos están enrejados,por la tremenda inseguridad en la que vivimos. C´est la vie...
ResponderEliminarBESOTES GUAPA Y UNA BUENA SEMANA PARA VOS!
Que bello texto, por fortuna hay sitios donde se respira esa paz, el sitio del recreo donde poder evadirse y pensar.
ResponderEliminarSaludos
Gabriela Mistral, fragmento del "Himno al árbol", para ti Lemaki:
ResponderEliminarÁrbol que no eres otra cosa
que dulce entraña de mujer,
pues cada rama mece airosa
en cada leve nido un ser:
dame un follaje vasto y denso,
tanto como han de precisar
los que en el bosque humano, inmenso,
rama no hallaron para hogara.
Los árboles me fascinan.
ResponderEliminarEspecialmente los grandes y frondosos.
Son mágicos.
Besos.
¿Qué haríamos sin los árboles?, hoy especialmente me ha gustado mucho tu texto (aunque siempre es así), es como un cuento maravilloso lleno de serenidad. Un abrazo Lemaki y feliz día.
ResponderEliminarA que belleza... todo... me gusta esto de los arboles, tengo una fijacion con los arboles... debe ser porque aqui no hay. O sea... de haber unos pocos si, arboles del desierto, rudos, descoloridos, sobrevivientes del rigor... pequeños gigantes si quieres. Pero de esos otros. coloridos y frondosos... nada.
ResponderEliminarMe gusto este dibujo escrito de un parque que no conozco, pero que imagino, con sus secretos a la vista, con sus vidas publicas y privadas.
Besos
Me gustan los árboles y los parques, sobre todo en otoño...
ResponderEliminarOrgulloso roble, de ramas recias.
ResponderEliminarTu tronco poderoso se eleva al sol.
Te sujetas en tierra con raíces gruesas.
Te mueves con el viento a su son.
(Alberto Lopez Chorro-El Roble)
Un abrazo.
Huir hacia dentro, algo experimentado ante la impotencia de no poder hacer nada ante situaciones feas y desagradables que nos rodean.
ResponderEliminarBuenos días Lemaki, delicioso escrito, amable y tierno, veo que sabes mucho como ya te he dicho en mi blog de muchas cosas por ejemplo de árboles y de sensibilidad. Un abrazo
ResponderEliminarPrimitivo
Bueno... esto de las faltas ortográficas es lo que más me gusta, je,je... efectivamente berja no existe... solo Verja... no si al final aprenderé.
ResponderEliminarGracias por vuestros comentarios.
Un saludo para todos/as.
Cualquier día de estos te da por los pájaros. Y entonces va a ser una invasión de trinos.
ResponderEliminarPobres bancos del parque, dónde fueron...
Precioso, y preciso relato Lemaki. Y nombrar a Benedetti, la fotografía y esas palabras tan tiernas lo refuerza aun más. Un verdadero placer.
ResponderEliminarTienes un blog estupendo.
Un abrazo.
Bonito texto. Prefiero los bosques más que los parques, tienen algo más de auténtico, pero menos mal que en las ciudades podemos tener parques.
ResponderEliminarLa descripción y la referencia a los parques me ha encantado: recuerdo que antes de venirme a Viena pasaba todos los días con la bici por un parque, siempre repleto de esos seres que ha rechazado la sociedad... Dormían allí, rodeados del ruido y el barullo de la ciudad, protegidos por ese parque. El parque como oasis, como espacio fuera de la ciudad, pero dentro. Me has hecho recordar lo que siempre sentía al pasar por allí.
ResponderEliminarUn abrazo!
"...universo particular cielo de infelices..." Me quedé con esta parte de la cita, Un cielo de infelices del que forman parte más personas de las que cabría esperar; pero la vida no siempre nos lleva a universos dulces y al caminar facil.
ResponderEliminarAh! Los parques, siempre con los brazos abiertos para quien lo quiera visitar. Amigos fieles, testigos de mudos de mil y una historia.
Bss.
Si yo fuera sombra estaría siempre a los pies de un baobad, el árbol sagrado en Senegal.
ResponderEliminarLa magia de los árboles en un maghífico relato!
Un abrazo
la natura nos da lecciones siempre imperecederas
ResponderEliminarque pena que nosotros no siempre prestemos atención en clases:)
besitos de luz
excelente relato , con luces reflexivas
tenuna semana preciosa
Los arboles son nuestros callados amigos, nos dan sombra, leña, apoyo, semillas y mil regalos más, pero no sólo no lo agradecemos, sino que los maltratamos cruelmente, me encanta ver los arboles salvajes, no hay dos iguales.
ResponderEliminarUn beso
¿Se acuerda usted del "enhiesto surtidor de sombra y sueños..." que está en Silos? Amor de árbol que te sobrevive...
ResponderEliminarAyer tarde,
ResponderEliminarvolvía yo con las nubes
que entraban bajos rosales
(grande ternura redonda)
entre los troncos constantes.
La soledad era eterna
y el silencio inacabable.
Me detuve como un árbol
y oí hablar a los árboles.
El pájaro solo huía
de tan secreto paraje,
sólo yo podía estar
entre las rosas finales.
Yo no quería volver
en mí, por miedo de darles
disgusto de árbol distinto
a los árboles iguales.
Los árboles se olvidaron,
de mi forma de hombre errante,
y, con mi forma olvidada,
oía hablar a los árboles.
Me retardé hasta la estrella.
En vuelo de luz suave,
fui saliéndome a la orilla,
con la luna ya en el aire.
Cuando yo ya me salía,
vi a los árboles mirarme.
Se daban cuenta de todo
y me apenaba dejarles.
Y yo los oía hablar,
entre el nublado de nácares,
con blando rumor, de mí.
Y ¿cómo desengañarles?
¿Cómo decirles que no,
que yo era sólo el pasante,
que no me hablaran a mí?
No quería traicionarles.
Y ya muy tarde, ayer tarde,
oí hablarme a los árboles.
Juan Ramón Jiménez.
Perdona por extensión. Salu2.
Un parque con Benedetti, Goldberg y Lemaki. ¡No podía existir una mezcla mejor!
ResponderEliminarBesos wapa.
Con la misma facilidad de adaptación de un Wollemi, aunque con muchos menos años, me siento a gusto entre tus letras, en las que hoy puedo vislumbrar algo de ti.
ResponderEliminarBesos
mi lugar de recreo, un jardín botánico, un parque solitario, lugar de melancólicos y huraños..
ResponderEliminar¡Olé y olé! que bien escribes, yo tb soy forofa de los árboles, de hecho mi churri y yo hemos plantado en un campo con caseta varias decenas de ellos y hemos cambiado ese pequeño paisaje, se ha hecho delicioso, humedo, umbrienco y apetecible, antes sólo había ovejas y garrapatas...
ResponderEliminar¿Quién no se siente un poco druida, rodeado de árboles?
ResponderEliminarSon auténticamenta cautivadores, encantadores, hechiceros.
"Después de todo el secreto es mirar hacia arriba
ResponderEliminary ver cómo las nubes se disputan las copas
y ver cómo los nidos se disputan los pájaros."
:)
Hermosa entrada.
Un abrazo.
El universo es silencioso e inmóvil, pero las obras de la energía nunca descansan, ni siquiera por un instante. El árbol extiende un lamento bajo una corteza de apariencia silenciosa.
ResponderEliminarBesossss.
los bosques son los refugios y los confidentes en quienes confiamos nuestros pensamientos primeros;los arboles esconden misterios y enseñanzas.Siempre somos otoño
ResponderEliminarUna entrada muy natural y ecológica. Me encanta la vida que transmiten los árboles, la paz y la serenidad, y la forma que tienen de enseñarnos a resistir las batallas que le llegan.
ResponderEliminarLemaki aprovechando tu error ortográfico te diré que Berja existe, es un pueblo de Almería que tiene un bonito Parque Periurbano llamado 'Castala', un hermoso lugar lleno de árboles y pasar un día precioso.
Un abrazo.
¿Y podrías decirme a que obra de la escritora y poeta venezolana corresponde este fragmento?
ResponderEliminargracias
me encanta tu parque. Me puedes invitar a ir a ese parque quisiera respirar la paz y los secretos de es naturaleza tuya.
ResponderEliminarUn abrazo de este tu falsario.
www.falsario.org
Preciosa entrada. Llegué a vos desde los comentarios de otro blog amigo, y me quedo. Esto de las aventura para el alma es atrapante.
ResponderEliminarTe invito a conocer los mios, será un placer verte por alli.
Un abrazo desde Bs. Aires
Huir hacia dentro es ser tan valiente que da miedo.
ResponderEliminarYa lo creo que son solidarios los árboles y no está nada bien pagada su solidaridad.
ResponderEliminarGracias por la suavidad de estas palabras que nos llevan de la mano a echarnos "sobre cualquier intento, saberse lo mejor, universo particular cielo de infelices", allí donde, quizá sin ser del todo conscientes, somos más nosotros.
Un saludo, Lemaki
Amo a los árboles y me gusta huir hacia dentro de vez en cuando, para volver a darme mas llena de mi misma.
ResponderEliminarEres un encanto....regalando tanta belleza de poesía por todos los sitios.
Sembrando lirios que enredadan en su exquisita esencia.
Un abrazo grande Lemaki
Los árboles guardan en los anillos de sus troncos los compromisos indisolubles con el pasado. Debiéramos escucharlos y, sobre todo, respetarlos más a menuso.
ResponderEliminarMaravillosa prosa poética, lemaki. Una verdadera caricia tus letras.
Un fuerte abrazo.
No estoy, no estoy, ya lo sabe usted, pero vine a pasear un rato.
ResponderEliminarNecesitaba abrazar a alguien.
Me encanta cuando el ser humano se da cuenta de lo misterioso que puede llegar a ser si tan sólo le echa un ojo a su interior y deja de buscar respuestas en el fondo del océano o en el espacio sideral.
ResponderEliminarUn besazo.
me encanta abrazar a los árboles:)
ResponderEliminary pegar la oreja en su corteza y escucharles
son "Heroes Gaianos"
besitos de luz
gracias por tus huellas
.No sé si serán solidarios pero sí sé que son imprescindibles.
ResponderEliminarBiquiños,
Algunos árboles saben mucho. Llevan muchos años observando. No me atrevo a decir que son sabios porque no sé lo que hacen con tanta información, pero si hablaran...
ResponderEliminarEs muy gratificante acercase y escuchar su susurro milenario y todo lo que nos puede mostrar solo con escucharlo.
ResponderEliminarUn beso
Qué placentero un sosegado paseo por un parque en los días del otoño...
ResponderEliminarSaludos.
La próxima vez que pasee por el parque... tendré más cuidado en disfrutar del mismo, como en tu relato..
ResponderEliminarBesos desde el abismo
Yo prefiero en campo... los parques a veces son demasiado superficiales ;)
ResponderEliminarBesicos
Este texto tiene algo de seriedad que me reclama respeto. Raro, pero lo sentí así.
ResponderEliminarGran escritora! muy profundo!
Saluditos ! Al!
De quedarme con un árbol me quedo con uno ancestral que vi en Tula, México. Me gustó tanto que perdí el autobús y regresé a pie con unos jornaleros.
ResponderEliminarBesos.
No sé si los árboles son solidarios, lo que si son pacientes, ya llegará un día en que cansados de tantas vejaciones, se calzarán las raíces volantes, afilarán sus ramas, encorvarán sus verdes copas y saldrán a perseguirnos hasta darnos caza.
ResponderEliminarAsí sea.
Un beso.
me vino a la mente: "Los árboles mueren de pie" de Alejandro Casona.
ResponderEliminarbuen finde.
kisses
"Cuentan que en las Caribes un viajero,
ResponderEliminarde ceño torvo y ojos como llamas,
una noche -del sueño prisionero-
se durmió bajo el árbol traicionero
que mata con las sombras de sus ramas.
Y, sin embargo, conservó la vida,
y cuando el alba derramó su brillo
se alzó del suelo y se marchó en seguida;
era aquel hombre extraño un parricida
y murió esa mañana el manzanillo."
Hortensio de Icaza
Precioso texto, Lemaki; ojalá siempre haya un parque que nos deje perdernos en sus entrañas.
Besos
Ío
a mi alma a veces le gusta cobijarse en el tronco de los robles...
ResponderEliminarBesos desde la roca que me cobija
Mar (.. La vendedora de humo)
Mi apreciada ex-Lemaki, hoy Oliva ¿arbequina?: hace usted muy bien en dudar de mi palabra. Yo también dudo de ella. Sí, los frailes vivimos en comunidad y, a menudo, en silencio. Y, siempre, sin féminas en el monasterio. Los curas son seculares y no tienen voto de pobreza, como nosotros. Por cierto, a usted, que tiene lecturas y escrituras le pregunto: ¿El amor? ¿A qué huele? Yo no lo sé, que también tengo voto de castidad...
ResponderEliminarSu primer beso me ha dejado tierno y confuso. ¡La paz sea con usted!