
La necesidad le hizo adaptarse a los nuevos tiempos. Adquirir la habilidad de limpiar cristales de edificios con varias plantas de altura, se convirtió en parte de su rutina diaria. Inició la actividad con pértigas de distintas medidas, pero según se daba a conocer en este oficio, le llegaban diferentes propuestas de limpieza en inmuebles de muchos vecinos, bloques de apartamentos de distintas elevaciones. Y con ello, manejarse en el andamio móvil no le resultaba nada grato. Trabajaba siempre solo porque allá arriba resultaba algo torpe, desmañado y enérgico. Una mañana su pie derecho se enredó en la cuerda, tropezó y cayó por la borda. Aulló como un descosido mientras descendía velozmente, viendo aproximarse la acera como punto de impacto, pero milagrosamente quedó estabilizado cabeza abajo en el segudo piso. La cuerda era la encargada de mantenerlo en vilo. Intentó llamar por su teléfono pero el bolsillo era muy profundo e inaccesible. Quiso alargar el brazo para cogerlo, sin embargo la postura en que había quedado su cuerpo se lo imposibilitaba. Estaba tan exaltado y angustiado que no se percató de la ventana frente al que estaba colocado. Miró a través la cristalera y allí estaba ella. Entendió que siempre hay que desplazarse e incluso perder el equilibrio, en la mayoría de los casos sin poder optar a escoger dónde parar. Pero hay ciertos modos de frenar y detenerse, determinados torbellinos que se sienten en el cuerpo, que consiguen algún desvío mientras se cae. Es tan sólo el cabo de un dato, el borde sin examinar de una idea.
Quien me tiene de un hilo no es fuerte; lo fuerte es el hilo.
Antonio Porchia
Peligrosa manera de darse cuenta.
ResponderEliminarMuy bueno tu texto Oliva.
Besos.
Que tu vida dependa de un hilo que ni tan siquiera sujetas tú es peligroso.
ResponderEliminarAsí acabó.
Besos y feliz domingo.
Hermoso, caminar al borde del abismo...
ResponderEliminarbravo bravo bravo "... el borde sin examinar de una idea ¡genial!
ResponderEliminarabrazos, feliz domingo
al borde todo es posible , volar o caer
ResponderEliminardepender de otro para ello es lo que nos provoca desasociego sin duda
besitos de luz
pd...la falta de esperanza del texto es ver desde el otro lado del espejo un reflejo menos alegre de una realidad que a veces intentamos ocultar, no es un texto personal, simplemente me gusta recorrer el laberinto y sentir el vértigo del momento
muchas gracias por tus palabras y tu bella amistad
Bendiciones querida oliva
intenté responderte por email, pero no encontré la dirección:(
Guau, perdona la expresión pero esta historia la vivió mi ex marido, así nos conocimos. Lo malo es que acabó con el hueso húmero roto el pobre. Sí, hay que frenar. Oliva, una de tus mejores historias.
ResponderEliminarBesitos wapa.
Me ha encantado. Esto nos ha pasado a todos más o menos alguna vez.
ResponderEliminarUna metáfora genial. Enhorabuena por tu texto.
Hola amig@!! Te invito a que me acompañes dando un paseo por la orilla del mar, iremos dialogando en silencio mientras nuestros ojos se pierden entre las doradas dunas que bordean el entorno bajo un benigno clima que siempre acoge al visitante.
ResponderEliminarDe paso haremos una alto en el camino para reponer fuerzas, tomando un mus de gofio, a la vez que brindamos a los oídos la oportunidad de sentir el embrujó de estas tierras al escuchar una Isa o unas Folías música arraigada a estas tierras Canarias.
¿Me acompañas?
María del Carmen
Por dios, Oliva... es una buena manera de conocer gente, ¿no? jajajajajaja
ResponderEliminarBesicos
Y ¿que pasó? ¿consiguió quedar con ella? si fuera James Bond habría sobrevolado de alguna forma hasta la ventana y la habría besado apasionadamente....
ResponderEliminarPalabreja a introducir: YOSINAI, parece un nombre de esos que ponen ahora a las niñas, y no quiero dar ideas ¿Eh?
...me faltó saber el final de la historia..nos dejaste suspendidos en la misma cuerda.
ResponderEliminar¡Qué buena frase! Y mejor aún la historia que hiciste surgir desde ella.
ResponderEliminarUn abrazo!
Abrir los ojos y ver la salvación...sin saber si podremos alcanzarla.
ResponderEliminarnoo, de ninguna manera es apenas el cabo de un dato, este relato tiene principio y final, mi querida, y me complace tanto volver poder decir que las casualidades no existe...que sólo ocurren causalidades en nuestras vidas, y sino mirá tu historia!
ResponderEliminarbuenísimo oliva, de verdad
mi beso
Espero que ella tuviera a mano el telefono de los bomberos, eso si, seguro que es amor a primera vista.
ResponderEliminarUn beso.
Una manera elegante de transmitir, me gusta tu originalidad, amiga.
ResponderEliminarUn beso.
Me acordé de una película cómica, en la que el actor principal cae en la misma forma que el protagonista de tu historia. En la película lo salva la chica y se convierten en amantes.
ResponderEliminarMe gustó bastante, aunque te diré: al acordarme de la peli, me reí bastante. (risas)
Muchos besos Oliva.
El que vive al borde del abismo, puede caer en él, pero casi siempre hay un hilo donde sujetarse. Es necesario querer, desear, encontrar el hilo para ponerse a salvo. Esa es la metáfora que creo nos traes hoy.
ResponderEliminarSalu2.
Las innumerables caídas de la vida (siempre hacia abajo) son un excelente viaje para en el trayecto ir eligiendo el elemento adecuado al que agarrarnos y detener la fuerza de la gravedad. Una vez hecho, desde la ventana del piso en el que nos hemos quedado veremos caer cuerpos, unos no se detendrán, otros optarán por aferrarse a nuestro alféizar. Y la vida sigue así, regida por la cruel ley de la gravedad...
ResponderEliminarExcelente texto, Oliva. Me gusta como desde lo cercano nos llevas a parajes insospechados.
Un beso.
Menuda historia, a veces el destino te juega estas pasadas que luego terminan saliendo bien... Me quedo con ganas de saber como acabó finalmente la historia ;P
ResponderEliminardirty saludos¡¡¡¡¡¡¡
UNMEI NO AKAI ITO o lo que es lo mismo: el hilo rojo del destino según una leyenda china el abuelo de la luna ata un hilo rojo al meñique de cada niño que nace, este está atado a otros muchos . Osea que un hilo rojo invisible conecta aquellos que están destinados a encontrarse, a pesar del tiempo del lugar, las circunstancias. El hilo se tensa o enreda, se acorta, pero nunca nunca se rompe. Es el destino el que siempre tira del.
ResponderEliminarEs una leyenda que tiene muchas versiones y que tu maravilloso texto me ha recordado.
Besos
Vaya! menudo modo de darse cuenta de las cosas!... pero es cierto, a veces necesitamos momentos límite para ver lo que siempre tenemos cerca...
ResponderEliminarBesos abisales
Es un placer niña venir a charlar contigo.
ResponderEliminarMagnífico relato, Olivia, me ha sorprendido gratamente.
ResponderEliminarGracias por visitar mi sitio, nos seguimos leyendo.
Saludos
Que bueno Oliva...!!!
ResponderEliminarDá vértigo pero nunca se sabe...!!!
Un abrazo
Todo un aprendizaje. Siempre hay alternativas, no?
ResponderEliminarUn beso enorme y te felicito por el texto. Maravilloso.
Bello relato, cielo...dejas un final abierto...
ResponderEliminarUN BESO Y UN ABRAZO PARA TI...
~Charo Bustos~
Buena frase la del colofón.
ResponderEliminarY, si no salgo de ésta, quiero que la última imagen que me lleve en la retina sea la tuya.
Porque no conocí el vértigo hasta que te tuve delante.
Y alargaba la mano y lo tocaba...
(Ahm, y entre vos y yo: Apolo es caca)
Y cuando nuestra vida depende de un hilo no hay más títeres que nosotros mismos.
ResponderEliminarBesos, Oliva.
Hasta en la situaciones límite aparecen "ellos" y "ellas"... Que estrés me ha entrado leyendo el relato.
ResponderEliminarBss.
Me encanta la frase del cierre... sobre la fuerza del hilo.
ResponderEliminarBesos.
Arwen
Hermosa forma de frenar, y la complicidad de la cuerda!
ResponderEliminarBueno, vale, pero el hilo solo, ya puede tener la dureza del acero, que si no lo sostiene algo o alguien...
ResponderEliminarnoooo sirve de ná.
Encontrar algo que sabias que existe pero no sabias exactamente como y donde buscarlo, es algo tan insólito como la manera de haberlo hallado, por casualidad. Como siempre, un placer. Un abrazo Oliva.
ResponderEliminarSe me han puesto los pelos como escarpias, es fantástico Oliva.
ResponderEliminarYes frase del final parea mi es sublime y la guinda del pastel. Enhorabuena cielo.
Besote y feliz semana :)
Jajajajajaja, una buena metáfora que sirve para demasiados momentos de mi vida..
ResponderEliminarA eso se le llama estar en la cuerda floja. Divertido texto, Lemaki.
ResponderEliminarBesossss.
Vaya manera mas "divertida" y arriesgada de encontrar a tu media naranja. Un abrazo.
ResponderEliminar!Qué bonita historia! Ese hilo que le sostiene y ese movimiento que le acerca a ella... como si el Universo estuviera en sintonía con los sentimientos... !Ojalá durara eternamente! :-)
ResponderEliminarUn abrazo
Bellísimo texto! me dejó sin aliento, tantas aristas, bordes y cabos , tantas caídas y ventanas...una maravilla
ResponderEliminarUn texto realmente bueno con una metáfora sobresaliente. Te aplaudo
ResponderEliminarUn abrazo
que entre por la ventana, por favor! me ha encantado esta historia:)
ResponderEliminarBuenas noches
ResponderEliminarContesto a tu comentario diciendote que si, he empezado la novela pero va muy lenta, más de lo deseable, pásame si quieres una dirección de correo y te cuento todos los avatares de la novela. en la columna de la derecha de mi blog tienes mi dirección de hotmail.
Un beso
Cuando uno no trabaja de lo que le gusta, pasa lo que pasa.
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