
Susana Beibe S/T
Ése sería el último día que buscara unos zapatos para la boda de su prima. Había acudido en varias ocasiones a la calle Mayor, intentando conseguir unos zapatos diferentes, exclusivos y elegantes, además de lograr que su madre olvidara el asunto que los últimos tres meses desempeñaba el papel protagonista de sus conversaciones: los complementos para el vestido.
Era tal la importancia de esta boda para la familia que en la última reunión de la parentela más cercana, su cuñada le había llegado a mencionar que de no emplearse a fondo en esta tarea tan concreta, llegaría a soñar con zapatos en general y eso representaba su actitud hacia la vida y las convicciones.
Aquella conversación inició un desvarío que no supo cómo dirigir, sosteniendo sobre sí el estupor y asombro que le producían sus palabras: "ahora bien, su sueñas con cambiar de zapatos, significa que estas dispuesta a cambiar de papel o de comportamiento ante nuevos acontecimientos o personas en tu vida. Si se te olvidan tus zapatos, quiere decir que deseas dejar atrás viejos prejuicios. Soñar con viejos zapatos, simbolizan el esfuerzo: a través de mucho trabajo lograrás tu objetivo. Por otro lado, puede significar que por fín has aceptado ser quien eres. Soñar con zapatos nuevos, significa que no deberías de estar tan segura de tu éxito. Soñar que llevas unos zapatos inapropiados, significa que tus logros en la vida serán difíciles de alcanzar, por estar mal preparada. También puede significar que has enfocado tu vida por un cauce inadecuado y que deberías replantearte la meta. Soñar que no llevas zapatos, significa que tienes una baja autoestima y falta de confianza en ti misma. Deberías proyectar tu vida hacia determinadas metas para las que dispongas de cualidades. También podría significar, pobreza, penurias, malentendidos y falta de movilidad. Soñar que pierdes los zapatos, significa que estas buscandote y analizándote, para saber quien eres realmente. Soñar con unos zapatitos de bebé, simboliza pureza, inocencia, vulnerabilidad, ternura y deseo de amar y ser amado..."
Ante la profunda e intensa disertación y exposición rigurosa de su cuñada, tratada con todos los pormenores pensó: "y si se me rompe un tacón, ¿qué pasaría? ¿qué pensarían sobre mí? o si decidiera llevar unos zapatos de madera o unos zuecos, ¿qué imagen sobre mi configurarían los demas?". Después de todo, su cuñada solo había analizado su nivel de autoestima y un poco más, su verdadera identidad y para ella, la familia eran las personas que verdaderamente le importaban. Con lo cual, aquella tarde sería el último día de búsqueda.
Al llegar a casa y después de guardar la caja de zapatos nuevos en el armario, encendió el ordenador y buscó a Rober Frost: Dos caminos se bifurcaban en un bosque amarillo, Y apenado por no poder tomar los dos, Siendo un viajero solo, largo tiempo estuve de pie, Mirando uno de ellos tan lejos como pude, Hasta donde se perdía en la espesura; Entonces tomé el otro, imparcialmente, Y habiendo tenido quizás la elección acertada, Pues era tupido y requería uso; Aunque en cuanto a lo que vi allí, Hubiera elegido cualquiera de los dos. Y ambos esa mañana yacían igualmente, ¡Oh, había guardado aquel primero para otro día!, Aun sabiendo el modo en que las cosas siguen adelante, Dudé si debía haber regresado sobre mis pasos.
Debería haber ido descalza.
ResponderEliminarHubiera sido una boda inolvidable para la familia.
Y una liberación para ella.
Besos.
Apoyo la idea de Toro!
ResponderEliminarY por lo demás, y de otra forma, no sé liberarme!
Que lindo lugar!
Abrazo Te
Me encanta que usted viaje con nosotros, Dª Lemaki, aunque sólo sea para que se crucen nuestros caminos y, luego, la veamos partir con su hatillo al hombro.
ResponderEliminarUn saludo muy cordial, amiga mía.
A veces nos sentimos exactamente así por las ideas de otros que nos hacen dudar. Y no sé por qué pero la primera siempre parece la más buena y menos adulterada.
ResponderEliminarBesos Lemaki.
Cuando uno regresa sobre sus pasos, intuye que ha equivicado el camino... Yo soy de a lo hecho pecho.. así que nunca hubiera regresado...
ResponderEliminarSaludos y un abrazo.
Siempre en la vida tenemos varias opciones de caminos y de zapatos, tener madurez significa elegir y asumir el sendero, asumiendo las piedras, espesuras y complicaciones del trayecto. La elección del calzado también es propia, si llevamos mocasín, sandalias, botas, incluso descalzos, nos podemos lanzar a caminar, pero JAMÁS desandar lo avanzado.
ResponderEliminarUn beso Lemaki
Cada elecciòn, implica una renuncis.
ResponderEliminarYo hubiera llevado el otro par, en una bolsa.
un abrazo.
Me sabría francamente mal que pensaras ni por un instante que tú me molestas con tus comentarios, al contrario, me gustan y disfruto de tus explicaciones Lemaki.Es algo más fuerte que no llega al blog, es alguien con acceso al correo que comenta mis entradas desde hace unos días y para evitar que esos comentarios pasen al blog decidí hacer esa entrada, para que se dé por enterado. Es un lenguaje vulgar y soez con palabras realmente duras de alguien amargado pero me he informado bien y no soy la única hay dos blogueras más que lo padecen. Desearía que continuaras con la libertad de comentar en mi blog lo que tu pienses, educación te sobra amiga. Por favor, no pienses que va por ti.
ResponderEliminarBesos Lemaki.
Qué curioso,la vida a merced de unos zapatos.Curioso que unos zapatos repartan empatía,soledad o perfiles de caminos por dónde transitar.
ResponderEliminarAl final,Frost compone un poema deslidando la soberbia y dejando expedita la libertad para ser vivida.
Abrazos
Como en la vida, que hay que tomar diferentes caminos.
ResponderEliminarUn beso.
Yo elijo y actuo sin mirar atrás, siempre dije que prefería arrepetirme de lo que hice y no de lo que dejé de hacer... ¿es costoso? a veces, pero para mi vale la pena :)
ResponderEliminarsi los zapatos eran rojos
ResponderEliminary los caminos,de baoldosas amarillas.
no te salgas y comienza a caminar
bst
Hay que arriesgarse y ser fiel a nuestras ideas y gustos. Yo, no hubiese ido, se hubiesen quedado....
ResponderEliminarBesos.......Leo
Cuando otros nos expresan opiniones sobre nosotros con tanta convicción y teñidas de cierta patina de sabiduria pueden hacer tambalear nuestros simientos.
ResponderEliminarLo bueno como bien expresas es el lbre albedrio y nuestra osadía para usarlo.
A mi me gustan los zapatos pero no representan mi vida.
Besos y gracias wuapa por tus comentarios
Hmm, no creo que lo mejor sería volver sobre mis pasos.
ResponderEliminarQuizás seguir avanzando y ver si se presenta una nueva bifurcación. En cualquiera de los casos iría descalza, por supuesto, para evitar pensar en todas las variantes que ofrecen los sueños.
Un abrazo!
P.D.:Y mil gracias por las dos hermosas poesías que dejaste en mi blog!
Arrrrrrrrggg...!
ResponderEliminarLlego tarde.
Venía.
Hube de volver.
Se me rompió la cuarta chancla. La quinta, acabo de romperla ahora, y no tengo más.
Ahora... cómo coño -perdón- regreso?
Pedí perdón, lo pone ahí más arriba. Si quieres borrar la picardía, hazlo tú, yo no llego, no uso tacones.
Un beso.
No creo que se pueda desandar ningún camino, porque de vuelta ya es otro diferente.
ResponderEliminarCada elección conlleva una pérdida, pero también ganamos algo: eso que elegimos. No se trata más que de asumir nuestras decisiones e intentar que siempre sean las nuestras, no las que nos imponen, sugieren o piden.
Besos
Qué más da qué zapatos lleves, mientras puedas ponerte zapatos, y la opción de ponerte zapatos, te da la opción de caminar descalza, y no hay nada más bello, que desnudarse los pies y el alma.
ResponderEliminarYo directamente tiraría los zapatos a la cabeza de la cuñada, uno por uno, a ver que sueños le surgían de su cabezota.
ResponderEliminarSaludos.
Por lo menos nos despeja la duda de lo que significa soñar con zapatos. Muy buena pregunta al cierre de tu relato. ¿Y si fueran suecos? ¿si fueran sandalias?
ResponderEliminarInteresante, muy interesante.
Saludos cordiales.
Son los pies
ResponderEliminary más allá aquella que los tiene,
son ellos,
más importantes que el calzado
y más allá
sólo el amor...
Lindas letras las tuyas
paz&amor
Isaac
Oh que enredoso el tema de los zapatos... me miro los pies a ver si ando con el calzado apropiado a la circunstancia... y ja!! ni idea tengo.
ResponderEliminarLos caminos son para recorrerlos, elegir uno u otro es una cuestion de intenciones... siempre es posible que nuestras elecciones molesten a alguien, pero son nuestras elecciones, no las de otros...
Cada vez descubro mas cosas interesantes leyendote.
Besos
Gracias... muchas gracias.
ResponderEliminarMe ha gustado leer tu escrito.
Muy buen relato.
Estamos continuamente buscando y deciciendo... y yo que tambien busco, decido felicitarte por este escrito...
Saludos
Unos zapatos así nunca deben guardarse en un cajón. Y aunque se vuelva sobre los propios pasos, el camino nunca será el mismo.
ResponderEliminarNunca se me ocurrirá decirle a una cuñada "sicóloga" nada de zapatos. La que te puede liar!!!
ResponderEliminarFelicidades por el relato.
Bss.
que martirio son los zapatos!!
ResponderEliminary más si son con taco
por eso siempre llevo mis zapatillas
y no importa si no son una maravilla
besitos de luz
siempre miro los zapatos de las personas, dicen más de ellas que lo que ellas mismas piensan... me encantan los zapatos para andar o descalzarme, para sorprender o animarme, para demostrar, manifestar abiertamente, atrevirme, salir corriendo, curir mis pies del frio o dejar que me lleven simplemente adonde ellos quieran...
ResponderEliminarYo no podría ni siquiera pensar que porque una persona lleve tal o cual clase de zapatos vaya a ser “así o asao”, pero hay muchas que le dan esa importancia terrible que hace que su interlocutor, o quien porte los zapatos, se sienta minimizado por esta causa.
ResponderEliminarLos zapatos son para los pies, ellos nos mueven, nos llevan, pero la que manda es la cabeza, el cerebro, la mente, y no necesita calzarse.
Volver a andar lo andado es tarea imposible, el tiempo es inexorable sobre nuestras huellas, nunca vamos a encontrar lo mismo, ¿para qué intentarlo entonces?
Besos, Lemaki
Ío
LEMAKI,¡POR TODO LO QUE MÁS QUIERAS!, NO SE TE OCURRA HACER CORRER TUS SOSPECHAS, QUE BASTANTE TENGO ENCIMA CON MI PAPEL DE EDITOR...¡PSSSSCHIST!
ResponderEliminarTU BLOG SE ADELANTA AL MÍO...¡CARAMBA CON LOS ZAPATOS! ABRAZO DE TU SEGURO SERVIDOR.
He aprendido un montón sobre los sueños y los zapatos...lo curioso es que nunca soñé con zapatos jejejej en fin cielo que me encanta como escribes...hay veces que los demás manejan nuestros hilos...pero solo si les dejamos...por cierto me encanto el extracto del poema de Olga Orozco...gracias cielo...besitossssss con cariño...
ResponderEliminar¿No crees que se dejó influenciar por su cuñada? Eso la condicionó y luego salieron sus miedos. Yo a veces sueño que voy descalza por la calle y que paso mucha vergüenza...es mi peor pesadilla.
ResponderEliminarUn besazo maja.
Otro nuevo poeta por descubrir. Gracias por el poema.
ResponderEliminarY sí, la de la foto soy yo. Son días...
Un abrazo!
Hola- Yo hubiese llevado unos zapatos ya usados por mi. Un lindo relato que me gusto mucho leer. Besos, cuidate.
ResponderEliminarYo (él) habría regresado.
ResponderEliminarA seguir escribiendo.
Un saludo!!
Lo que mejor se ajusta a nuestro pies al andar son simplemente nuestros pies no hay zapato por mas cómodo que sea que te haga sentir que caminas con libertad.
ResponderEliminarMe gusto mucho!
Un beso.
Lemaki, opino como tú sobre el moderador pero a ver quién convence a Lía...por cierto, yo no te he visto antipática en mi comentario...te veo muy bien...por cierto, me gustas más tu perfil con fotografía, es más Lemaki y el vestido es muy bonito...
ResponderEliminarFeliz finde maja.
¡Los zapatos! Prenda fetichista donde los calaveras de antaño bebían champán.
ResponderEliminar¿Que ocultas bajo el zapato? ¿Tus dudas? Siempre se tienen dudas, pero más en determinados momentos. Elige bien y disfruta.
Salu2.
Los zapatos y pisando fuerteee!
ResponderEliminarMe gustan tus historias, por fin puedo seguirte (que me daba siempre un error...) así me pongo al día!
Besos desde el abismo
nunca son demasiados comentarios..sigue acercándote
ResponderEliminarES USTED MUY GENEROSA Y AMABLE, AMIGA LEMAKI.
ResponderEliminarME GUSTA MUCHO QUE CADA LECTOR/A ELUCUBRE SOBRE LOS PERSONAJES DE MIS RELATOS, QUE SIEMPRE TIENEN FUERTES DOSIS DE MIS PROPIAS VIVENCIAS...¡TAMBIÉN EXISTE UN SUBGÉNERO LLAMADO "AUTOFICCIÓN"!...SUYO AFFMO MANUEL Mª
EL MAESTRO BERLANGA ERA UN FETICHISTA DE LOS ZAPATOS.¡ME GUSTA CÓMO ESCRIBE USTED!
Bueno, yo creo que el camino que tomamos a conciencia siempre es el acertado, aunque creamos que tendríamos que haber tomado el otro. Siempre estamos decidiendo, además, en esta vida, aunque no decidamos, decidimos.
ResponderEliminarBuen relato!
Regresar por los pasos andados, creo yo, es no haber aprendido la lección, así que mejor descalza, libré y segura de ti misma, aunque a los demás no les agrade ...
ResponderEliminarSaludos.
Sí, descalza... los sapatos sólo nos quitan el frio
ResponderEliminarCuánto dicen de una persona sus zapatos... y cuánta importancia damos a esa misma persona según el calzado que use...
ResponderEliminarPuestos a formar parte de una boda inolvidable, yo descalza.
El camino elegido equivocado o no, con todas sus consecuencias... yo pa'trás ni a coger impulso
abrazo
Amiga, paso a dejarte saludos y un beso. Cuidate mucho.
ResponderEliminar